El juez federal de Villa María, Córdoba, Roque Ramón Rebak, indagará hoy a tres hombres acusados del delito de tráfico de precursores químicos con destino a la fabricación de estupefacientes, luego de que se llevara a cabo la primera entrega vigilada de esas sustancias en el país.

La investigación que derivó en las detenciones fue llevada a cabo por la fiscal federal de aquella ciudad cordobesa, María Virginia Miguel Carmona, quien recibe la cooperación y asesoramiento de la Procuraduría de Narcocriminalidad.

Dos de los tres imputados son padre e hijo y durante los operativos de su detención fueron secuestrados tres autos de alta gama, razón por la cual también figura entre las hipótesis de la investigación la comisión del delito de lavado de activos.

En efecto, Miguel Carmona anticipó a Fiscales que esta semana ampliará el requerimiento de instrucción por ese ilícito, dado que de los informes de la Administración Federal de Ingresos Públicos y de la Dirección de Migraciones, incorporados a la causa en las últimas horas, surgen el registro de bienes y la realización de viajes que no encuentran sustento en los ingresos declarados de los imputados.

La entrega vigilada –es decir, el seguimiento del desarrollo del delito- se llevó a cabo el viernes 17 de mayo en un lugar ubicado en las afueras de Córdoba capital y contó con la colaboración de la empresa Dorwil S.A., que tiene su sede en la Capital Federal y fabrica el precursor éter, y que debía entregarle 72 litros a uno de los imputados. “Es importante resaltar este método de investigación, que da muchos frutos. Recalco y valoro que pudimos llegar un poco más allá”, declaró la fiscal.

Según informó públicamente la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico, se trata de “la primera entrega vigilada de estas sustancias fiscalizadas realizada en el país”.

Los investigadores venían siguiendo a Eugenio Roberto Copede, de 35 años, quien utilizaba el alias “Lucas Acenato” para las transacciones comerciales. La fiscalía calcula que en los últimos cuatro años Copede llegó a comprar unos 2000 litros de éter. Además, constató la compra de 510 kilos de ácido sulfúrico de 98 por ciento de pureza en agosto de 2012 y advirtió que un mes después intentó comprar 200 litros de ácido clorhídrico. También certificó que logró adquirir 100 kilos de cafeína anhidra.

Luego de la entrega, la policía siguió a Copede hasta el barrio de Villa Belgrano, en Córdoba, donde logró detenerlo a bordo de un Citroën C3, propiedad de otra persona que vivía en las inmediaciones, para quien dijo que trabajaba. Así, la Policía solicitó la orden de allanamiento para ingresar en la vivienda de Roberto José Antonio Rufail, de 57 años, y de su hijo José, de 35, quienes también fueron detenidos.

La fiscal Miguel Carmona reveló que en esa finca fueron hallados el ticket del pago del éter y que en un automóvil Audi de propiedad de Rufail había información de Copede, con documentación a nombre del alias “Lucas Acenato”. Además, encontraron la factura de pago de una de las compras de éter por la que se lo investiga a Copede, ocurrida en marzo de 2013.

Como auxiliar del Poder Judicial en los allanamientos prestaron colaboración efectivos y técnicos químicos de la División Drogas Peligrosas de la Policía de la Provincia de Córdoba.

La denuncia que dio origen a la causa fue formulada en Córdoba capital por la SEDRONAR en junio de 2011, pero la causa fue derivada por competencia al Juzgado Federal de Villa María en febrero de 2012. El juez Rebak delegó la investigación en junio del año pasado en la fiscal Miguel Carmona, quien desde entonces llevó a cabo las medidas que derivaron en el descubrimiento de la organización.