El titular del Juzgado Federal N°3 de Mar del Plata, el juez Santiago Inchausti, dictó la ampliación de los procesamientos por el delito de cohecho para el presunto jefe y para un funcionario de Aduana acusados de liderar y organizar una asociación ilícita desarticulada en mayo pasado que, según la imputación, se dedicada a la comercialización de celulares de alta gama y otros artículos electrónicos ingresados de contrabando; a la administración, operación y captación de juegos de azar en línea sin la debida autorización; y a la puesta en circulación del dinero y otros activos provenientes de las actividades ilícitas.
La decisión va en línea con lo dictaminado por la fiscal a cargo de la Fiscalía Federal N°1 de la mencionada ciudad, Laura Mazzaferri, cuando oportunamente pidió ampliar por ese delito las indagatorias de ambos acusados, quienes además se encuentran con prisión preventiva. La causa tiene a otros ocho coimputados ya procesados desde junio pasado.
En el caso del principal acusado, un comerciante de 53 años marplatense que en su momento estuvo prófugo con pedido de captura nacional y internacional pero se presentó ante el juzgado el 3 de julio pasado, el juez Inchausti le amplió el procesamiento como autor del delito de cohecho activo. Esa figura concurre de manera real con los delitos por los cuales ya había sido procesado, es decir, asociación ilícita en carácter de jefe u organizador, en concurso real con el de administración y explotación de juegos de azar sin la debida autorización en calidad de coautor; en concurso real con el delito de lavado de activos agravado por la habitualidad.
El otro imputado es un empleado de la Dirección General de Aduanas (DGA) de Mar del Plata de 49 años -con prisión preventiva domiciliaria- a quien el magistrado le amplió el procesamiento también por cohecho pero en su modalidad pasiva, que concurre de manera real también por el delito por el que ya había sido procesado hace cinco meses, que es el de asociación ilícita, también en calidad de jefe u organizador.
El hecho nuevo que se les atribuyó y por el que ahora fueron nuevamente procesados, es que, según la investigación, el comerciante le pagó y el empleado de Aduana recibió, la suma de 594.000 pesos a través de un depósito en efectivo realizado por un empleado del primero, el 3 de diciembre de 2021, en una sucursal del banco BBVA Francés de la ciudad balnearia “con el fin de poder llevar a cabo las maniobras investigadas”.
Según se desprende de la resolución, al momento de los hechos, ese monto en pesos equivalía a la suma de 5.871,88 dólares (al tipo de cambio del Banco Central de la República Argentina) y a 19,09 salarios mínimos vitales y móviles. Además, superaba de manera amplia los 375.596,27 pesos del salario que en ese entonces tenía el imputado en la DGA.
Un ticket del depósito, secuestrado en un allanamiento
La prueba clave a partir de la cual ambos acusado ahora también quedaron procesados por cohecho es un ticket de un depósito bancario hallado en una carpeta repleta de otra documentación similar, que fue secuestrada en uno de los allanamientos realizados el pasado 6 de mayo en una oficina vinculada al comerciante sindicado como el jefe de la asociación ilícita.
El depósito fue realizado en la sucursal 90 del mencionado banco por un empleado de una sociedad anónima controlada por primero de los acusados y su esposa, y para ser acreditado en la caja de ahorros del empleado de Aduana.
El juez Inchausti sostuvo en la resolución que entendía que el pago de los 594.000 pesos realizado por el comerciante al empleado de Aduanas, “responde sin dudas a su intervención como funcionario público aduanero ya sea para intervenir en sus operaciones, no efectuar los controles físicos de la mercadería que debía realizar en función de su cargo, o simplemente agilizar los despachos de importación de los imputados con tiempos más acotados en muchas de esas importaciones […]. No existe otra explicación posible”.
Un descargo “inverosímil”
Al presentar un descargo por escrito a través de su defensa, el comerciante imputado de pagar la presunta coima adujo que le había hecho el depósito al controlador de la Aduana pero para restituirle una suma que le había entregado previamente para pagarle tres teléfonos que no le había podido conseguir.
“Lo expresado por los imputados en sus descargos por escrito con relación a este pago resulta inverosímil y los elementos probatorios reunidos rebaten sus declaraciones, máxime cuando tres días después de recibir el depósito en efectivo indicado, el imputado (empleado de Aduana) pagó su tarjeta de crédito”, consideró el juez federal.
El pago de los 594.000 pesos realizado por el comerciante al empleado de Aduanas, “responde sin dudas a su intervención como funcionario público aduanero ya sea para intervenir en sus operaciones, no efectuar los controles físicos de la mercadería que debía realizar en función de su cargo, o simplemente agilizar los despachos de importación de los imputados", señala el juez.
Al resumir los elementos que evaluó para adoptar la medida, Inchausti mencionó que “durante los años 2020 y 2022, (el funcionario de Aduana) intervino en múltiples operaciones de importación vinculadas al principal líder de la organización -quien además es quien efectuó el pago en cuestión a través de su empleado- como así también vinculadas a otros presuntos miembros de la asociación ilícita”.
“Más precisamente se han detallado y constatado hasta el momento, 17 operaciones conforme lo detallado, en las cuales en todas ellas se contragiró la verificación y al menos en 8 de esas 17 operaciones, transcurrieron segundos o escasos minutos entre el ingreso/contragiro y la verificación propiamente dicha”, detalló el magistrado.
También recordó que el empleado de la DGA marplatense “efectuó dos viajes al exterior con miembros de la asociación ilícita a Miami, EE.UU., donde poseen sede las sociedades exportadoras conformadas por los mismos imputados”.
Prisión preventiva y embargos millonarios
Tras evaluar que el principal acusado estuvo dos meses prófugo, que la organización tuvo información previa y pudo deshacerse de evidencias antes de algunos allanamientos y los viajes al exterior que solían hacer, el juez federal decidió, al ampliarles los procesamientos, mantener a los dos imputados en prisión preventiva -el exfuncionario de Aduana con arresto domiciliario- al considerar que “en caso de recuperar la libertad podrían darse a la fuga o continuar entorpeciendo el curso de la investigación”.
En cuanto al funcionario aduanero, había sido la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata la que había decidido morigerar la prisión preventiva oportunamente impuesta por el juez de instrucción, al hacer lugar al recurso de apelación de su abogado defensor contra el rechazo del pedido de aplicación del instituto de prisión domiciliaria que había decretado el juez, en sintonía con la postura de la Fiscalía Federal N°1.
A través de esta nueva resolución, el juez también decidió sostener los embargos ya fijados con anterioridad sobre los bienes y/o dinero de los imputados, que en el caso del comerciante es de 10 mil millones de pesos y, en el del aduanero, de 300 millones de pesos.
El origen de la investigación
La pesquisa se inició en septiembre del año pasado a partir de una denuncia anónima realizada ante la Policía Federal por medio de un correo electrónico. Allí se brindaron algunos nombres y domicilios, además del relato de actividades ilícitas vinculadas a un posible contrabando de aparatos telefónicos, con posible vinculación de funcionarios de la Aduana.
Según consta en el expediente, el título de ese mail era “Red de contrabando de iPhone”, y tras dar una serie de nombres se señalaba que los denunciados eran los “mayores contrabandistas de Mar del Plata” y que “manejan todo lo que es Apple, Xiaomi, Samsung y Motorola, casino online, empresas fantasmas con que sacan los U$S del banco a precio oficial y giran a EE.UU.”.
Además de la importación, ofrecimiento y venta al público de aparatos de tecnología y teléfonos celulares de alta gama, en infracción al Código Aduanero, en el devenir de la investigación, las tareas de inteligencia criminal realizadas por la Policía de Seguridad Aeroportuaria, las intervenciones telefónicas y las medidas de carácter patrimonial, permitieron a la fiscalía solicitar la ampliación del objeto procesal por la posible comisión de otros delitos, tales como el lavado de activos y la promoción de casinos clandestinos en línea.
En aquel primer auto de procesamiento para nueve de los imputados, el juez Inchausti también ordenó el decomiso anticipado de los fondos de la cuenta exchange vinculada al principal acusado por una suma total de 28.589,26 USDT -criptodólares-, “a los fines de garantizar la eventual reparación patrimonial y recupero del dinero ilícito”.