04 de octubre de 2024
04 de octubre de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Avanzan las indagatorias en el Juicio por la represión en Plaza de Mayo durante el gobierno de De la Rúa
19 y 20 de diciembre: "Fuimos entregados para llevarnos a juicio como sea"
Así lo sustuvo Carlos José López, subcomisario retirado y uno de los policías acusados del asesinato de Alberto Márquez. Cuestionó también la reconstrucción de los hechos que se realizó en noviembre de 2002. Por su parte, Horacio Berardi y Sebastián Saporiti, ex auxiliares de Inteligencia, negaron haber llevado o portado armas durante los incidentes ocurridos sobre la 9 de Julio el 20 de diciembre.

Tres imputados prestaron declaración indagatoria ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°6, integrado por José Martínez Sobrino, Rodrigo Giménez Uriburu y Javier Anzoátegui en esta nueva audiencia del juicio por la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001 que causó cinco muertos y más de 100 heridos en los alrededores de la Plaza de Mayo. El subcomisario retirado Carlos José López le dijo a los jueces que tanto él como los otros acusados en la causa fueron "entregados para llevarlos a juicio como sea". Otros cinco prefirieron esperar y dar más adelante su versión.

El juicio por los hechos de aquel diciembre está integrado, en realidad, por 7 causas que se unieron por la relación de los acontecimientos entre sí. Los acusados que declararon en esta jornada son los imputados en las causas 1088 y 1656, en las que se investiga el homicidio de Alberto Márquez y la tentativa de homicidio de Paula Simonetti y Martín Galli.

El primero en sentarse en el banquillo fue el ex comisario inspector Orlando Oliverio, quien anticipó que no declararía aunque se tomó cinco minutos para hablarle a los jueces sobre los cuatro años que estuvo en prisión y adelantó: "tengo todos los elementos para aclarar esta circunstancia desgraciada". Entonces, la secretaria del Tribunal procedió a leer las indagatorias que brindó el acusado durante toda la instrucción. Allí, describió su versión sobre lo sucedido aquél 20 de diciembre, cuando él era comisario en la Oficina de Control de Integridad Profesional de la Policía Federal.

Oliverio junto con otros 8 imputados hicieron una recorrida por diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires. El primero de ellos fue un puesto en Avenida Roca y Avenida General Paz, en Villa Riachuelo, donde se pretendía controlar el ingreso de manifestantes desde el Gran Buenos Aires. Desde allí, los móviles policiales se dirigieron a Palermo, más precisamente a la Mezquita (ubicada en Avenida Bullrich 55) y a la Embajada de Estados Unidos, donde tenían aviso de otro foco de protesta.

Luego de estas tareas de control, los imputados fueron hacía la explanada de la Casa Rosada, donde también había gente concentrada. Según declaró Oliverio en 2002, él se bajó del auto para charlar con ellos y cuando se enteraron de la renuncia del ya ex presidente, "los ánimos se calmaron". Acto seguido, realizaron una nueva recorrida por el centro porteño, hasta llegar a 9 de Julio y Sarmiento, donde en base a lo expresado por el ex comisario, fueron agredidos por manifestantes con piedras, palos y bombas Molotov.

En otra de las declaraciones de Oliverio se menciona el incendio del local de McDonald's de Corrientes y 9 de Julio, donde supuestamente tanto él como su equipo defendieron a los bomberos que trataban de sofocar el fuego, algo que también sostendrían los otros acusados en sus declaraciones.

Por su parte, el oficial jefe retirado López, le contó a los jueces que se siente "dolido por la imputación" ya que se considera un "filántropo": "fui monaguillo, líder scout, acreedor del premio Domingo Faustino Sarmiento por reiterados actos humanitarios en bien del prójimo". Además, expresó su disconformidad con el tiempo que pasó en prisión (cuatro años y 17 días) ya que "no había motivos valederos".

Con respecto a los hechos, coincidió su declaración con Oliverio. Criticó la reconstrucción de los hechos que realizó la jueza María Servini de Cubría en noviembre de 2012, ya que consideró que "plasmaron una pericia llena de errores", y que estuvieron presos porque "se modificaron las pruebas y los peritos hicieron un plano para perjudicarnos". También, desestimó el valor del testimonio de los testigos porque "se confunden" y aclaró que volverá a declarar para "ponerle moño a la causa", y que no quede "ninguna duda de cómo sucedieron los hechos".

Posteriormente, se llamó al ex principal Eugenio Figueroa, quien se negó a declarar por lo que se volvió a dar lectura a sus testimonios anteriores. Cuando llegó el turno del ex sargento primero Roberto Juárez, su abogada Valeria Corbacho manifestó que el imputado "no está en las condiciones de salud que se requieren para prestar declaración indagatoria", y solicitó que se pospusiera hasta la próxima audiencia.

Atravesado este escollo, fue el turno del ex agente de la Policía Federal Gonzalo Firpo Castro, quien también se negó a declarar y a contestar sobre sus datos personales, algo no tan usual en los juicios. "Fui abandonado por mi esposa por vergüenza, por este juicio", fue lo único que expresó Firpo Castro, tras lo cual se leyeron sus indagatorias.

Quienes si declararon fueron los ex auxiliares de Inteligencia Horacio Berardi y Sebastián Saporiti. El primero dijo "no poder creer estar en este juicio", y que "hay muchas cosas que no se han interpretado bien, especialmente cuando se habla de un plan de matar gente, algo que no condice con lo que pasó". Especificó que no fue entrenado para el uso de armas y que no sabe repeler una agresión.

Del 20 de diciembre, Berardi contó que ese día lo llamaron "porque por los hechos que se estaban generando se iba a necesitar presencia policial". Aclaró que "no sabía lo que hacía", y que lo dirigían porque "no tenía noción". Además, aseguró que "nunca fue su intención matar a nadie , nunca hubiera permitido o colaborado en alguna muerte". Para finalizar, expresó que en las filmaciones se muestra a gente "no pacífica", que él sólo se escapó de las piedras e insistió con su inocencia: "no me gusta la caza ni la pezca, menos matar gente".

Saporiti reseñó para los jueces su formación profesional y les contó que es profesor de educación física desde el año 2000 y que por ahí "pasa" su vida: "mi trabajo en Informaciones de la Policía era complementario". Como Berardi, dijo no estar entrenado para usar un arma y que él no es policía, ya que no tiene uniforme ni estudios en la Escuela de Oficiales o Suboficiales.

"Cuando pasó el helicóptero, la gente tuvo un momento festivo", sostuvo para luego declarar que tuvo miedo de los manifestantes cuando estaba en la 9 de Julio. "No tenía nada para defenderme, el aire estaba irrespirable", recordó. Al terminar su relato, con lágrimas en los ojos, Saporiti afirmó que no mató: "acusarme durante 13 años de la muerte de alguien es una locura, entiendo el dolor de los familiares pero que se busque a los verdaderos culpables, no a chivos expiatorios".

Por último, tanto el ex inspector Norberto Sabbino, como el ex principal de la PFA Mario Seia se negaron a hablar en esta instancia ante los jueces. Después de la lectura de las indagatorias, el Tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el miércoles 30 de abril, cuando se les tomará declaración a los cinco imputados que restan. Luego, habrá una audiencia en la que la Fiscalía, a cargo del fiscal Mauricio Viera, y la querella exhibirán vídeos sobre lo sucedido durante aquellas jornadas.