09 de octubre de 2024
09 de octubre de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Interviene la Fiscalía General Nº7 ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional
Derrumbe del boliche Beara: comenzaron las declaraciones de las personas que asistieron esa madrugada al local
Siete testigos relataron cómo ingresaron esa noche y varios hicieron foco en que había mucha gente dentro del entrepiso del lugar y que el piso “vibraba” o “se movía”, tal como habían relatado la audiencia anterior algunos ex empleados.

El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 7 escuchó hoy a nueve testigos en el marco del juicio por el derrumbe dentro del boliche Beara, ocurrido en septiembre de 2010 y donde fallecieron Ariana Beatriz Lizarriaga (21) y Paula Leticia Provedo (20). Siete de las personas que se presentaron hoy fueron a bailar esa noche mientras que los otros dos eran empleados del boliche.

En el debate se juzga lo ocurrido la madrugada del 10 de septiembre de 2010 dentro del local bailable -ubicado en la avenida Scalabrini Ortiz 1638- cuando los ex integrantes del grupo “Ráfaga” llevaban adelante un recital. Los siete testigos de la jornada de hoy recordaron que el evento terminó minutos antes del incidente. Cerca de las 3.50, el entrepiso del local colapsó y se derrumbó sobre la planta baja, lo que ocasionó las muertes y las lesiones de los y las jóvenes que se encontraban esa noche. Entre las 17 personas que llegaron a juicio están los responsables del boliche y del local de al lado, ex funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que debían controlar el estado del lugar y policías que están acusados de cobrar coimas. La investigación del caso fue llevada adelante por el fiscal Andrés Madrea mientras que en esta instancia interviene el fiscal Oscar Ciruzzi.

La primera en presentarse ante los jueces Alejandro Noceti Achaval, Gabriel Vega y Gustavo Alterini fue una ex empleada de Beara que cumplió funciones de “camarera” y de “bartender”. Recordó que esa noche el encargado Agustín De Grazia (uno de los imputados) le pidió que trabajara en la barra de bebidas que estaba ubicada en el entrepiso. Explicó que, no obstante, como se fue al baño ubicado en la planta baja, no estaba presente al momento del derrumbe. “Escuché un ruido terrible, se cortó la luz y cuando salgo veo que se había caído el piso de arriba”, rememoró.

Ante las preguntas del fiscal, marcó que habían charlado entre sus compañeros que cuando había gente bailando en el entrepiso, se notaba que se movía y vibraba y que eso les daba “bastante miedo”. Marcó que se lo habían dicho a De Grazia pero que no les había contestado “nada en especial”.

El siguiente en presentarse fue un ex empleado del local que trabajó allí cuando aún no se llamaba Beara. El hombre había sido requerido como testigo en dos oportunidades y, como había decidido no presentarse, fue llevado hasta la sala de audiencias por la policía. La fiscalía le preguntó sobre sus tareas, sobre el entrepiso y el local: “Se llenaba mucho el entrepiso y eso causaba que se moviera mucho. El encargado De Grazia me dijo que iban a ver el tema”, respondió. Luego, se lo interrogó sobre supuestos sobres que los dueños entregaban a personas ajenas al local pero, a pesar de que el fiscal hizo una relectura de la declaración que hizo durante la instrucción de la causa, el hombre sostuvo que no recordaba.

Entre las 17 personas que llegaron a juicio están los responsables del boliche y del local de al lado, ex funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que debían controlar el estado del lugar y policías que están acusados de cobrar coimas.

“Bajemos que esto se va a caer”

Luego de los ex empleados, los magistrados escucharon a siete personas que asistieron a Beara aquella noche-madrugada. La primera en presentarse de este grupo fue una joven que estuvo con dos amigas en el local y que presenció todo el recital. Una vez que una de ellas se fue, las otras dos se dirigieron hacia la parte de arriba, donde la testigo recordó que había mucha gente.

“Sentí que una parte del piso vibró y no terminé de decírselo a mi amiga que nos caímos”, relató. Ante las preguntas del fiscal Ciruzzi, contó que quedó atrapada: “A mi no me podían siquiera sacar, la gente te pasaba por arriba, corrían”. Dos chicos la ayudaron a salir mientras que otro grupo rompió una puerta que daba a un patio interno, donde ella y su amiga se quedaron hasta que llegaron los bomberos.

La mujer tuvo más de diez operaciones en su pierna y tiene actualmente un certificado de discapacidad: no puede caminar bien ni tampoco más de cinco cuadras. Tampoco puede correr o realizar deportes de alto impacto, así como no siente parte del pie.

Su amiga también se presentó ante el tribunal y coincidió en que había mucha gente en el entrepiso. “Apenas llegamos a la parte de arriba cada vez que caminábamos el piso vibraba, se movía, como que temblaba”, describió para luego agregar que escuchó como “un quiebre” antes del desmoronamiento y que quedó enredada en unos cables.

Otro de los asistentes aquella noche recordó lo mismo: “El piso se movía como un tablón”, sostuvo y agregó que cuando se estaban por ir de allí con su grupo de amigos, el entrepiso cayó. Uno de los testigos hizo foco en que había una persona parada en las escaleras que llevaban a la planta alta pero que no le impidió el paso. Coincidió también en que el piso no se sentía muy firme: “Me llamó la atención pero no uno piensa que realmente se va a caer”, manifestó. Tras el derrumbe, logró salir del boliche y vio a una chica que estaba “agonizando", ya que estaba "tirada boca arriba, inconsciente y respirando con mucha dificultad”.

Otra joven que fue con sus amigas a ver el recital aseguró que cuando terminó el evento, mucha gente subió al otro piso porque había una persona famosa (un actor de una novela) allí. “Estábamos todos bailando y empezamos a sentir que el entrepiso se movía y dijimos: ‘che, bajemos que esto se va a caer’”, recordó.

Minutos después el piso se derrumbó. A ella la sacaron de abajo de los escombros y estuvo internada una semana. “En el momento, la gente gritaba que había una chica muerta. Estaba toda ensangrentada, fue muy fuerte”, relató. Los últimos dos jóvenes que prestaron testimonio también estuvieron en Beara esa noche, aunque no recordaron movimientos o vibraciones del entrepiso. Ambos sufrieron heridas leves.

Durante la audiencia, el fiscal había pedido una ampliación del requerimiento de elevación a juicio, al considerar que el encargado del boliche debía responder también por los dos homicidios culposos y por las lesiones que sufrieron los y las asistentes. Actualmente, está acusado por "cohecho activo". Sin embargo, el tribunal lo negó y comunicó después que el juicio continuará el próximo lunes.