29 de marzo de 2024
29 de marzo de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
Menu
El caso de Daniel Guillermo Hidalgo y Olga Silvia Souto Castillo, asesinados el 14 de noviembre de 1976
Bigotes dibujados: la operación de prensa para encubrir un doble homicidio en Bahía Blanca
Los fiscales Miguel Palazzani y José Nebbia concluirán mañana su alegato en el juicio a 32 acusados por crímenes en el ámbito del V Cuerpo del Ejército. Uno de los 103 casos de víctimas que expusieron ante el tribunal muestra claramente las operaciones militares de acción psicológica a través del diario La Nueva Provincia, cuyo ex director se encuentra imputado por esa conducta criminal. La presentación de un fusilamiento como un enfrentamiento y la modificación de la imagen de una de las víctimas.

El dibujo de bigotes, la enfatización de las cejas con tinta negra y el oscurecimiento del pelo en la imagen de una víctima de homicidio publicada en el diario La Nueva Provincia completó la operación de acción psicológica del V Cuerpo del Ejército, que presentó como un enfrentamiento cruento con "subversivos" lo que en realidad fue el asesinato a sangre fría de Daniel Guillermo Hidalgo y Olga Silvia Souto Castillo. La estrategia de la operación no consistió sólo en marcar que ambos eran "subversivos", sino también que lo parecían.

Hidalgo y Souto Castillo son dos de las 103 víctimas que integran el objeto procesal de la causa por los crímenes del V Cuerpo del Ejército, en la que están siendo juzgados en Bahía Blanca 32 -el debate inició con 37- ex miembros del Ejército, de las policías provinciales de Buenos Aires, Río Negro y Neuquén y del Servicio Penitenciario Bonaerense.

La operación de acción psicológica fue descripta por el fiscal general Miguel Ángel Palazzani y el fiscal ad hoc José Nebbia en su alegato, que comenzó el 24 de abril pasado y que culminaría este martes 30 de mayo.

Cada caso fue expuesto con filminas. Así, en la pantalla del Aula Magna de la Universidad Nacional del Sur, donde se desarrolla el debate, apareció la imagen adulterada de Daniel Guillermo Hidalgo, cuyo original fue secuestrado por los fiscales en el allanamiento ordenado en 2014 al diario La Nueva Provincia, en el marco de la causa en la que se investiga al ex director de ese medio, Vicente Massot, por crímenes de lesa humanidad. Si bien Massot no está acusado en este juicio, aquella imagen fue agregada como prueba documental para el debate en curso.

Una de las imputaciones que afronta el empresario periodístico es por contribuir al plan criminal con el desarrollo de acciones de operación psicológica, que consistieron -entre otras conductas- en la publicación de noticias falsas. "La Nueva Provincia fue el guión del terrorismo de Estado y del genocidio perpetrado en Bahía Blanca y la región", señalaron Nebbia y Palazzani en aquella oportunidad. En la causa seguida a Massot se espera que la Corte Suprema aborde el recurso extraordinario contra la falta de mérito con la que fue beneficiado el imputado por un juez con el que tenía vínculos comerciales y tras el apartamiento del juez que lo había indagado.

Souto Castillo fue ultimada por el oficial del Ejército Carlos Mario Méndez, alias "el loco". Un ex conscripto declaró que el propio Méndez le reveló que "había fusilado a una mujer embarazada".

Dos extremistas y tres personas

El 16 de noviembre de 1976 La Nueva Provincia publicó una nota titulada "Fueron Abatidos en Pleno Centro Dos Extremistas", con una volanta que aclaraba: "También detuvieron a tres personas". El texto está acompañado de la foto de Hidalgo. "Es la única que ha quedado de él, adulterada, los bigotes están pintados a mano, al igual que su pelo y sus cejas. Si bien ello resulta de difícil apreciación en la foto del diario, salvo para sus familiares que conocían perfectamente la fisonomía de Daniel, el montaje queda de manifiesto al ver la foto original, la cual fue secuestrada en el allanamiento llevado a cabo en la sede de ese diario el 8 de abril de 2014. Sus bigotes están dibujados –muy mal por cierto-, sus cejas sombreadas, y el pelo totalmente pintado", describieron los fiscales el "maquillaje" de la imagen.

Remarcaron que "para profundizar la acción psicológica, el Ejército decidió condecorar a quienes participaron en estos fusilamientos, presentándolo como un hecho de combate en la 'guerra' que estaban llevando a cabo. Monseñor Mayer bendijo las medallas que se le entregaron a Méndez, Corres, García Moreno y Arroyo".

Los hechos que culminaron con la vida de Hidalgo y Souto Castillo, que estaba embarazada, ocurrieron en el departamento 1 del piso 4to del edificio de departamentos de la calle Fitz Roy Nº137 entre la noche del 14 y la madrugada del 15 de noviembre de 1976. De acuerdo con la investigación, participó personal del V Cuerpo e integrantes de la denominada "Agrupación Tropa".

Los fiscales reseñaron ante el tribunal los documentos de inteligencia que dan cuenta de que la pareja era perseguida al menos desde 1974.

Las dos víctimas, describieron Palazzani y Nebbia, habían sobrevivido a dos intentos de secuestro en junio y noviembre. "Ante dos intentos de capturarlos, esas dos sobrevidas que habían tenido no fueron dejadas pasar por el Ejército: al encontrarlos la tercera vez, los ultimaron en el lugar donde estaban", indicaron.

A causa del asesinato, se formó un expediente sobre identificación y entrega de cadáveres, donde constan las actas labradas, que "denotan que fue un operativo planificado, organizado y ejecutado para ultimar a las víctimas, atacándolos por sorpresa con un potencial militar exorbitante respecto de aquéllas".

Cinco testigos dieron cuenta de aquello en la denominada causa 982, que culminó en 2012 con condenas para ex miembros del V Cuerpo. En aquél debate los mismos jueces hicieron una inspección ocular del edificio de la calle Fitz Roy, "en la cual el propio tribunal y las partes constataron la imposibilidad de la versión de los hechos dada por algunos de los acusados, absolutamente incompatibles con la realidad, atento las dimensiones y características de ese edificio y departamento, así como las del edificio ubicado enfrente", recordaron los fiscales. En aquella sentencia los jueces ordenaron investigar la contribución del grupo mediático de la familia Massot en los crímenes de lesa humanidad y, de esa forma, se inició la causa que aguarda una resolución de la Corte.

"Ante dos intentos de capturarlos, esas dos sobrevidas que habían tenido no fueron dejadas pasar por el Ejército: al encontrarlos la tercera vez, los ultimaron en el lugar donde estaban", indicaron los fiscales.

Periodistas invitados

"Dos elementos subversivos fueron abatidos por fuerzas del Ejército cuando en las últimas horas del domingo intentaron resistir un allanamiento realizado en pleno centro de la ciudad. El hecho, que adquirió una intensidad poco común y conmocionó toda la zona, se registró poco después de las 22.30 y se prolongó por algo más de media hora", comenzó la nota publicada el martes 16 de noviembre por el diario La Nueva Provincia acerca de los hechos del 14 por la noche. Resaltó asimismo que "no hubo heridos de las fuerzas legales".

El matutino bahiense citó un comunicado del V Cuerpo del Ejército y señaló que "al proceder al allanamiento del lugar los extremistas abrieron fuego contra las fuerzas legales, originándose un prolongado tiroteo".

Añadió que "los periodistas, que ayer fueron invitados por las autoridades militares a visitar el lugar del hecho, pudieron comprobar que la vivienda había sufrido grandes daños. Se estableció, asimismo, que al ingresar al departamento las fuerzas legales estalló una bomba 'cazabobos', colocada por los sediciosos, que no provocó víctimas".

"Cuando uno de los extremistas arrojó una granada, que estalló junto a una heladera, la acción de las fuerzas legales se intensificó y pocos minutos después ambos delincuentes caían abatidos. El hombre, que resultó ser Daniel Hidalgo, fue ultimado por el militar que había logrado ingresar al departamento, mientras que la mujer, cayó ante el fuego de los restantes efectivos", narró. En base a la visita de los periodistas, agregó que "en el piso del departamento, considerablemente dañado, había manchas de sangre y en las paredes podían notarse los impactos de numerosos proyectiles".

Vecinos del edificio declararon que los militares se movían en una "situación controlada" y que la puerta del departamento no voló con una bomba "cazabobos", como informó el Ejército.

Fusila y miento

En su alegato, Nebbia y Palazzani recorrieron las pruebas de este juicio y del celebrado en 2012 (causa 982), que terminó con varios condenados por este hecho, entre ellos, de quien jaló el gatillo que terminó con la vida de Souto Castillo, el fallecido ex oficial del Ejército Mario Carlos Antonio Méndez, alias "el loco". "Fue un montaje armado para encubrir este hecho", concluyeron sobre la versión publicada.

Testigos que vivían en el mismo edificio, que prestaron declaración en la causa 982, fueron coincidentes: una mujer dijo que "antes del primer disparo escuchó gritos de voces de alto, personas corriendo y en el pasillo y luego disparos" y ubicó "acciones ofensivas previas a cualquier explosión".

Otros dos testigos dijeron que un oficial les ordenó no salir de su casa y que "actuaba bajo una situación controlada, incompatible con la versión de enfrentamiento dada después".

Otro testigo declaró que entre las 21.30 y las 22.00 escuchó una fuerte discusión al entrar al edificio, que luego sintió un disparo y que vio descender desde pisos superiores una gran cantidad de soldados armados. Luego, explicó, comenzó una serie de disparos y estruendos.

Dijo además que los soldados estaban rodeando el edificio y ubicados en el techo, y que desde el edificio de enfrente perteneciente a las Fuerzas Armadas se acribilló todo el frente del departamento. Explicó que, tras la evacuación, por la escalera pasó un soldado con una bolsa chorreando sangre, que le dijo que allí "llevaba los sesos" y que otro soldado le describió que al muchacho "lo remataron con un disparo".

La Fiscalía reparó en otro detalle brindado por ese mismo testigo, que vio que "la puerta tenía la marca de un pie 'como si la hubieran pateado'. Lo cual da por tierra la versión de los militares, sobre que la puerta había sido volada" con la bomba "cazabobos" de la que dio cuenta el diario.

La misma persona declaró que al día siguiente ingresó al departamento de las víctimas y que vio que en el baño había una gran mancha de sangre, por lo que concluyó que había muerto alguien. La Fiscalía señaló que "el dato corrobora la versión de que a Hidalgo lo fusilaron en el baño, en tanto que Souto Castillo fue fusilada en una habitación".

Las dos víctimas habían sido debidamente identificadas por los represores con información de inteligencia, pese a lo cual Souto Castillo fue inhumada con otra identidad y su cuerpo estuvo desaparecido 15 años.

"Todas las afirmaciones dan cuenta en modo coincidente que las explosiones se produjeron dentro del departamento donde fueron encontradas las víctimas, no en el pasillo ni en partes comunes ni en la escalera como se ha versionado", remarcaron Nebbia y Palazzani.

Los fiscales recordaron también que en el marco del juicio de la causa 982, un ex conscripto al momento de los hechos fue careado con "el loco" Méndez, condenado al finalizar el debate a prisión perpetua, y que "quedó comprobado a través del careo que Méndez ultimó a Souto Castillo y otro oficial del Ejército hizo lo propio con Hidalgo". En efecto, el conscripto declaró que el propio Méndez le reveló que "había fusilado a una mujer embarazada".

"Se acreditó fundadamente que ambas víctimas eran buscadas, que los que participaban en el operativo conocían acabadamente quiénes eran a los que buscaban, tenían fotos, tenían el recuerdo de los intentos de secuestro anteriores, así como la información suministrada en la labor previa de inteligencia", dijeron los fiscales.

Reseñaron que en la causa judicial se indicó que Souto Castillo recibió veinte disparos. El cadáver de Hidalgo fue entregado a sus padres, mientras que el de Souto Castillo fue inhumado bajo el nombre de Delia Esther García, pese a que "los oficiales que actuaron tenían pleno conocimiento de la identidad de ambos", acreditó la Fiscalía en base a la información de inteligencia que poseían las fuerzas atacantes. De esa forma, la víctima permaneció desaparecida 15 años, hasta que la familia dio con su cuerpo.