Los dos hombres detenidos el miércoles por su presunta participación en el tráfico de cocaína con destino a la Federación Rusa fueron indagados por el juez federal Julian Ercolini, en el marco de la investigación en la que interviene la Fiscalía Federal N°3 con colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a cargo de los fiscales federales Eduardo Taiano y Diego Iglesias, respectivamente. Acusados del almacenamiento de la sustancia estupefaciente, se negaron a prestar declaración.

La pesquisa comenzó en 2016, cuando funcionarios de la Embajada Rusa informaron en diciembre a la Ministra de Seguridad de la Nación el hallazgo de 12 valijas con cocaína en el Colegio Adjunto, que funciona al interior de esa sede diplomática ubicada en el barrio porteño de Recoleta. Así, la Unidad de Operaciones Antidrogas de Gendarmería Nacional Argentina dio intervención a la Procunar, al juez Ercolini y al fiscal Taiano. Los fiscales solicitaron la detención de los imputados días atrás, que se concretó el pasado miércoles 21.

Las doce valijas contenían 360 paquetes con clorhidrato de cocaína de alta pureza (complementada con levamizol), con un peso aproximado de 389,240 kilogramos. De acuerdo a la investigación, la organización contaba con ella desde antes de julio de 2016, cuando lo acondicionaron dentro del equipaje y lo ingresaron a la sede a través de un diplomático de nacionalidad rusa, hasta su salida de la delegación. Sin embargo, la organización siguió controlando las drogas a través de I.B –uno de los detenidos- para entonces agente de la policía de la Ciudad.

El rol de los detenidos en la organización criminal y su imputación

I.B y A.C. habrían cumplido específicamente un rol en la organización: “proveer la logística necesaria para llevar adelante el transporte del material estupefaciente, actividad que incluyó reuniones personales, comunicaciones telefónicas e inclusive la posibilidad de retirar las valijas en la Embajada para transportarlas al Aeropuerto de Ezeiza”.

Sin embargo, no fue la única tarea de los imputados dentro de la organización. A.C. habría participado junto a otro integrante de la banda -denominado“K”-  de la obtención del material estupefaciente que luego fue ingresado en valijas a la Embajada Rusa en Argentina, e I.B. habría tenido una activa participación en actos que estuvieran enfocados en “custodiar y asegurar” que la droga se mantenga bajo resguardo en el interior del Colegio, impidiendo que las nuevas autoridades advirtieran antes la situación.

En este sentido, los representantes del Ministerio Público Fiscal Taiano e Iglesias calificaron legalmente los hechos que se le imputan a I.B. y A.C en el delito de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes, en la modalidad de almacenamiento, agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada para cometerlo.

La investigación

El expediente se inició a partir de la intervención otorgada a la Procunar por la Unidad de Operaciones Antidrogas de Gendarmería Nacional Argentina respecto a la solicitud de asistencia efectuada por las autoridades de la Embajada de la Federación Rusa en la República Argentina. Tras eso, se dio inmediata intervención al juez  y al fiscal federal, que autorizaron el ingreso a la embajada y el secuestro de la droga.

Las doce valijas tenían como destino final algún país del continente europeo. La organización criminal contaba con trasladar la droga por un envío diplomático  y de esta manera evitar los respectivos controles aduaneros, lo que remitiría las valijas directamente a la puerta del avión.

El material estupefaciente nunca llegó a Europa. Fue luego de la denuncia efectuada por el Embajador de la Federación Rusa en este país que se procedió a la incautación de la droga que fue suplantada por material sustituto -harina-. Para ello, se trasladaron de forma encubierta las valijas a la Unidad de Operaciones Antidrogas de Gendarmería Nacional a fin de realizar dicho procedimiento. Una vez finalizada la tarea, se depositaron nuevamente en el lugar donde se las había encontrado originalmente y se les colocó un dispositivo satelital -GPS- para poder monitorearlas, en caso de que intenten ser trasladadas hacia otro destino.

Durante toda la investigación se llevaron adelante averiguaciones paralelas en Rusia y en Argentina para poder identificar a la totalidad de integrantes de la organización y reunir la prueba necesaria para imputarlos. Finalmente, las valijas fueron transportadas a la ciudad de Moscú en diciembre del año pasado en una entrega vigilada, pero con el material sustituto.

Fueron las autoridades rusas las que solicitaron la entrega para poder detener a los investigados cuando retiraran el cargamento en la mencionada ciudad. Con la colaboración del Servicio Federal Ruso y personal de Gendarmería Nacional -que viajó a esa ciudad- se logró detener a otros tres integrantes de la banda e identificar a uno de los organizadores, que actualmente se encuentra prófugo.