24 de abril de 2024
24 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Los fundamentos del fallo se conocerán el próximo martes 13 de julio
Condenaron a prisión perpetua a una policía de la Ciudad por el crimen de un matrimonio en Parque Avellaneda
Los jueces que intervinieron en el juicio la consideraron culpable de los homicidios de María Delia Speranza y Alberto Antonio Chirico, ocurridos en junio de 2019.

El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº7 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires condenó hoy a la policía Sonia Soloaga a prisión perpetua por haber asesinado a un matrimonio en junio de 2019 en el barrio de Parque Avellaneda. En su alegato, el fiscal Oscar Ciruzzi había solicitado la misma pena para la agente policial que está detenida desde hace dos años.

Soloaga fue condenada por los delitos de “robo agravado por su comisión con arma de fuego, en concurso real con el delito de doble homicidio doblemente calificado por su condición de policía y para consumar otro delito y lograr la impunidad y por haber sido cometido con un arma de fuego, en concurso real con falsa denuncia”.

Por otra parte, los jueces Alejandro Noceti Achaval, Gabriel Vega y Gustavo Rofrano decretaron la absolución de Diego Pachilla, pareja de Soloaga, que estaba acusado de “encubrimiento”. Los fundamentos se conocerán el próximo 13 de julio.

La acusación

De acuerdo a lo expuesto en el alegato por la fiscalía, el 11 de junio de 2019 Soloaga ingresó a la casa ubicada en Eugenio Garzón al 3500 donde vivían María Delia Speranza (63) y Alberto Antonio Chirico (71). La policía solía tomar café con el dueño de la casa y varias veces pasó a usar el baño, tal como relató en el debate la hija del matrimonio, ya que la vivienda estaba ubicada en la cuadrícula donde cumplía sus funciones.

La fiscalía expresó que ese mediodía, entre las 12.30 y las 14.30, Soloaga golpeó a las víctimas para que les señalen dónde tenían guardado el dinero, una suma que se calculó en alrededor de 80 mil dólares y entre 50 mil y 60 mil pesos. En la escena del crimen se encontraron objetos donde Chirico solía esconder la plata: una caja de leche, una caja de maicena, un caño de plástico y una caja de zapatillas. El fiscal resaltó que la única zona que estaba revuelta era la cocina y que el resto de la casa se encontraba en orden.

Durante el alegato se tuvo en cuenta la cantidad de lesiones que presentaban las víctimas, especialmente María Delia: cuatro agresiones directamente en su cabeza. “Esas lesiones estaban directamente destinadas a producir un estado de indefensión absoluto”, sostuvo el fiscal. De acuerdo con la acusación, luego de los golpes y cuando ya tenía el dinero, Soloaga efectuó dos disparos dirigidos también a la cabeza de cada uno de los dos. Utilizó un almohadón para disminuir y amortiguar el ruido. La muerte de las víctimas fue inmediata. El fiscal repasó que los disparos fueron realizados por una única pistola coincidente con el arma reglamentaria policial pero como no fue hallada no pudo peritarse junto con las vainas que se encontraron en el departamento.

El mismo día de los homicidios, Soloaga denunció que la habían seguido y le habían robado su arma luego de un tiroteo con dos sospechosos, situación que después admitió haber inventado. "Me hice cargo de equivocarme con la denuncia pero un hecho no tiene nada que ver con otra cosa. Lo lamento mucho por lo que pasaron estas personas pero no tengo nada que ver", dijo hoy la policía en sus últimas palabras ante el tribunal.