08 de octubre de 2024
08 de octubre de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Interviene la Fiscalía General ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional N°7
Derrumbe de Beara: tres de los acusados negaron cualquier responsabilidad en lo sucedido
Juan Carlos María Yun y Agustín Dobrila formaban parte de “El Viejo Sabio S.A”, la sociedad que explotaba comercialmente el local. Ambos están acusados por la muerte de dos jóvenes y las lesiones que sufrieron las personas que asistieron al lugar el 10 de septiembre de 2010. El otro imputado que declaró en indagatoria fue Maximiliano Fratino, co-organizador del show que se llevó adelante esa madrugada.

“Beara estaba impecable y cumplía con todo. Quitando el error en la construcción que nadie vio, no había nada que reprocharle”, dijo hoy en su declaración indagatoria Juan Carlos María Yun, uno de los socios de “El Viejo Sabio S.A”, la sociedad encargada comercialmente del boliche Beara. En septiembre de 2010, el entrepiso del local se derrumbó y como consecuencia de eso, fallecieron Ariana Beatriz Lizarriaga (21) y Paula Leticia Provedo (20) y más de 50 personas resultaron heridas.

Además de Yun, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº7 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires escuchó las declaraciones de Agustín Dobrila, presidente de la sociedad, y Maximiliano Fratino, co-organizador del recital que se realizó aquella noche. Los tres aceptaron preguntas del fiscal Oscar Ciruzzi y de los querellantes.

En el debate se juzga lo ocurrido la madrugada del 10 de septiembre de 2010 dentro del local bailable Beara -ubicado en la Avenida Scalabrini Ortiz 1638- cuando los ex integrantes del grupo “Ráfaga” llevaban adelante un recital. Cerca de las 3.50, el entrepiso del local colapsó y se derrumbó sobre la planta baja, lo que ocasionó las muertes y las lesiones de los y las jóvenes que se encontraban esa noche. Entre los implicados en la causa están los responsables del boliche y del local de al lado, ex funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que debían controlar el estado del lugar y policías que están acusados de cobrar coimas. La investigación del caso fue llevada adelante por el fiscal Andrés Madrea.

Tanto Yun como Dobrila llegaron a juicio acusados por los delitos de “homicidio culposo agravado por el número de víctimas en concurso ideal con lesiones culposas y leves y cohecho activo en concurso real”. Esa última imputación incluye el presunto pago de coimas de su parte para lograr la habilitación de Beara. Fratino fue considerado responsable de los homicidios y las lesiones.

“Beara era hermoso y estaba impecable: un empresario inescrupuloso no haría algo en el corazón de Palermo que está todo controlado y tampoco tendría algo a su nombre. Quizás lo haría en La Matanza”, dijo Yun, uno de los principales acusados.

“El caso de Beara es un accidente, le pese a quién le pese: entiendo que los dueños tenemos que dar todas las explicaciones del caso pero confiamos en gente con conocimientos para hacer ese entrepiso”, marcó al comienzo de su declaración Yun, quien dijo que comparte el dolor de los familiares y que está situación “lo quebró social, física y anímicamente”.

Contó luego que conoció a Agustín Dobrila y a Iván Fliess (el otro socio) porque ambos hacían relaciones públicas en otro boliche y que se hicieron amigos allí. Explicó que a inicios de 2007 le plantearon la posibilidad de invertir en un negocio y que aceptó a pesar de que en ese momento estaba en Europa. “Llegué y fui a firmar la constitución de la sociedad que se llamó Viejo Sabio en honor al padre de Iván, por su ayuda y experiencia”, indicó. Rolando Fliess estaba entre los imputados en la causa pero falleció antes del inicio del juicio: el hombre, además de ser socio con el resto de los implicados, dirigía la empresa que se encargó de gestionar la construcción del entrepiso.

Yun enumeró luego las tareas que cumplía en Beara: pedidos, pago a proveedores y gestiones de personal. “No hice nada con respecto a la habilitación”, sostuvo y recalcó que el local cumplía con todo lo requerido. Rememoró en ese momento una charla que tuvo con todos los socios donde Rolando Fliess les aseguró que la vibración o movimiento del entrepiso “era normal por el material y tipo de estructura”. “Acá pueden bailar y saltar elefantes que no va a pasar nada”, habría dicho el hombre en esa reunión a la que hizo referencia Yun.

Mencionó también que en el verano del 2010 se habían hecho muchos cambios con el objetivo de mejorar el local y atraer público. “Nosotros apuntábamos a un segmento socioeconómico alto: a Beara no venía cualquiera, venía gente de bien, de trabajo, de estudios y de las principales universidades”, sostuvo Yun e indicó ante los jueces Alejandro Noceti Achaval, Gabriel Vega y Gustavo Alterini que buscaban que el lugar fuera “selecto”

“Beara era hermoso y estaba impecable: un empresario inescrupuloso no haría algo en el corazón de Palermo que está todo controlado y tampoco tendría algo a su nombre. Quizás lo haría en La Matanza”, consideró el acusado y luego mencionó que la idea era que el local no se alquilara para más de 350 personas porque no querían que la gente estuviera apretada o incómoda. Expresó también que el personal de seguridad contaba cuánta gente entraba y salía y que en ningún momento ingresó un policía, en referencia a la acusación por cohecho.

El 10 de septiembre de 2010 el entrepiso del local se derrumbó y como consecuencia de eso fallecieron dos jóvenes de 20 y 21 años y más de 50 personas resultaron heridas.

Sobre lo sucedido aquella noche y madrugada, Yun recordó que habían cenado con unos amigos y con varios de los acusados para luego quedarse a ver el show. Sostuvo que el local se vació “notoriamente” una vez que terminó y que él estaba en el entrepiso cuando se derrumbó. Tras esta situación, declaró que levantó parte del bloque que se había caído para encontrar a personas que pudieran haber quedado debajo pero que no vio a las chicas que fallecieron.

“Si hubiera sabido que algo así podía pasar, hubiera tirado todo y lo hubiera hecho de vuelta”, dijo en relación al entrepiso y volvió a mencionar a Ronaldo Fliess, quién supuestamente se reunió luego con todos los socios. “Qué cagada que nos mandamos”, habría dicho Fliess en ese momento según el imputado. Al momento de contestar las preguntas que le realizó el fiscal Ciruzzi, respondió que confió en la elección que habían hecho Iván Fliess y Dobrila sobre el local debido a que él no estaba en el país y que “descansó” sobre la elección también de la empresa que se encargaría del entrepiso.

Luego de esta declaración, se presentó Agustín Dobrila, quien relató cómo había conocido a Iván Fliess y cuáles fueron los proyectos que encararon. “El padre de Ivan nos confirma que podíamos hacer el entrepiso, para nosotros era clave que se aumente la capacidad del local y fue él el que nos ayudó con contratos”, puntualizó al mismo tiempo que afirmó que lo sucedido “fue por un error constructivo”.

El fiscal le preguntó si estaba en las reuniones que hubo con Rolando Fliess y que contó Yun, a lo que Dobrila dijo que sí. “Incluso nos puso un ejemplo y nos dijo que cuando íbamos a la cancha y nuestro equipo gritaba un gol, la estructura también se movía”, aseguró.

El último en declarar fue Maximiliano Fratino: “Hace 12 años que no dejo de pensar en esto y aunque no me siento culpable de nada estoy acá para contestar preguntas de lo que sea”. Contó que tenía muchos amigos famosos en esa época y que conoció a los responsables de la sociedad porque trabajaban en boliches.

Indicó que Agustín Dobrila le ofreció la posibilidad de organizar salidas con sus amigos actores en Beara “para que estén más tranquilos los chicos” y que luego comenzó a organizar los shows los jueves en el local. Marcó que no los organizaba por plata sino por “la satisfacción de hacerse reconocido en el ambiente” y que “el dinero era una consecuencia”. “Todos los días me pregunto por qué estoy imputado en esta causa, si es por invitar gente o si es por llevar a los chicos de Casi Ángeles”, concluyó.